Esta carta va por aquellos que juraron protegernos y ahora, en estos momentos difíciles por los que estamos pasando, lo demuestran más que nunca y se mantienen en primera línea de fuego. Va por aquellos que llevan su uniforme con orgullo, ya que es algo que soñaron desde pequeños. Por ello, continúan luchando por este país y protegiendo a todos los ciudadanos que en él se encuentran.
A todos vosotros que seguís en vuestros puestos a pesar de todo, a pesar de poner en riesgo vuestra propia vida, de estar perdiendo a compañeros, de tener una familia, del miedo y de no tener equipos de seguridad suficientes para protegeros. Aun así, seguís trabajando por todos nosotros, exponiéndoos a una enfermedad que está matando a miles de personas. Mostráis el coraje frente al enemigo y el amor que tenéis hacia España y hacia vuestra profesión, eso que tanto os caracteriza. Nos seguís escuchando, cuidando, protegiendo, ayudando y siendo nuestros héroes. Por todo lo que hacéis y lo poco que se os reconoce en algunas ocasiones, ¡GRACIAS!
Es de admirar vuestro sacrificio y lealtad, nacisteis para esto y lo estáis demostrando. Arriesgáis la vida por nosotros porque tenéis una fuerza inconmensurable que os hace estar a pie de guerra, incluso en estos momentos. Esa fuerza proviene de vuestra vocación y de vuestro corazón que hace que, aunque tengáis miedo y dudas, no os rindáis. Escuchad vuestra voz interior en los momentos más complicados, porque os habla lo que da sentido a vuestra vida.
Nos protegéis y lo hacéis de mil formas, como cuando ayudáis llevando la compra a una mujer mayor, cuando acompañáis los aplausos de las 20:00 pm con las sirenas de vuestros coches, cuando hacéis que se cumpla el Estado de Alarma para que muera la menor cantidad de personas posibles y disminuyan los contagios, de manera que todo esto acabe para poder volver a vernos. Gracias por vuestra contribución en sacarnos adelante en esta situación, así como por todos los valores que nos enseñáis como la disciplina, la responsabilidad, el respeto, la integridad, la honestidad, la profesionalidad y vuestro espíritu de servicio.
Que sepáis que no estáis solos, que os tenemos en cuenta, que al veros por la calle nos sentimos seguros, que al veros ayudando nos sale una sonrisa y al veros regresar a casa nos surge el orgullo por lo que estáis haciendo. No estáis solos porque los aplausos también van por vosotros, porque a veces salen aplausos espontáneos al veros por la calle, porque hacéis que estemos orgullosos de los profesionales de seguridad del Estado que tenemos y merecéis nuestro reconocimiento.
Ante todo, cuidaos mucho y dejad que os cuiden, porque esto es una lucha de todos y nos necesitamos mutuamente. A veces es necesario pedir ayuda y esto no es sinónimo de debilidad, sino de todo lo contrario, de valentía y fortaleza. A pesar de que en vuestro día a día cuando ejercéis vuestra profesión mostráis vuestra imagen de fuerza para darnos seguridad al resto, también necesitáis que el resto os dé fuerza en algunas ocasiones y que os permitáis estar mal si así os sentís. Apoyaos en vuestras familias, llamad a vuestros amigos, desahogaos siempre que lo necesitéis, descansad y despejaros. Miraos por dentro cada vez que sintáis algo, cada vez que tengáis miedo, que estéis cansados o que dudéis. Puede ser útil en estos casos escribir un diario cuando os sintáis desbordados, de manera que podáis reflejar lo que sentís, reconocerlo, aceptarlo y darle un sentido. Es normal que en muchos momentos podáis sentiros mal, todas esas emociones son normales ante la situación anormal en la que nos encontramos. Es importante que, aunque en vuestro trabajo estéis enfrentándoos a la situación complicada en la que nos hallamos, al llegar a casa podáis centraros en otras cosas, realizar actividades diferentes y no sobreinformaros, para que de esta manera sigáis disfrutando de las personas que tengáis alrededor o de vosotros mismos y vuestras aficiones. Sobre todo recordad que todo esto pasará.
No quiero acabar la carta sin dar el pésame a todas aquellas familias que ya han perdido a alguno de estos grandes héroes en sus vidas y que España también les ha perdido. Nunca os olvidaremos.
Cristina Saiz Manceñido
Psicóloga en CAIF UFV
Comments