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Carta de una psicóloga a… nuestros mayores

Querido sabio,


¿Cómo desaprovechar la oportunidad de dirigirme a ti?


A nuestros pilares, nuestro fundamento familiar, a nuestros mejores historiadores y tiernos cuidadores, a los que sustentan nuestra sociedad.


No dejamos de escuchar que formas parte de la “población vulnerable” y aunque entendemos a qué se refieren cuando lo afirman, somos conscientes de que estás siendo más fuerte que nunca, que tu valentía ha superado sus límites.


Te has adaptado, has renunciado a tus rutinas, a la compañía de aquellos a los que más amas, por su seguridad y la tuya propia, sin olvidar que, probablemente, hayas perdido a muchos amigos, compañeros de batalla en el camino.


Gracias, porque a pesar del caos en el que estamos sumidos, sigues siendo referente. Ese ejemplo indiscutible al que recurrir, ese espejo en el que mirarse, ese escudo protector.


La distancia no ha sido un impedimento para ti, más bien todo lo contrario. Te has ajustado haciendo uso de los medios necesarios para seguir mostrando ese amor incondicional. Tu paciencia, la inmensa dulzura de tu mirada ha logrado traspasar las pantallas.


Estamos deseosos de poder escuchar, una vez más, en primera persona, todas tus historias, lecciones de vida y consejos. Volver a ser testigos del significado de cada una de las pisadas que han compuesto tu vida y que, para nosotros, marcan el camino a seguir.


¡Y cómo olvidar esas manos que materializan tu don para la gastronomía!


Porque muestras tu amor desde el sacrificio, la ternura, el cuidado e interés constante por los tuyos, haciendo así más corto y llevadero el tiempo que nos separa hasta el reencuentro.

No debe ser fácil ver, esas calles vacías, cubiertas por el silencio. Esas calles por las que has luchado tantos años, que has preparado para tus hijos, para tus nietos, las que con tu esfuerzo y dedicación convertiste en lo que son hoy.


Por todo esto, por tu valor incalculable, tu entrega, tu sabiduría sin medida, te pedimos que sigas cuidándote como has hecho hasta ahora, que sigas disfrutando de los tuyos en la distancia, que te mantengas activo y sobre todo, a salvo.


Los abrazos y besos, hoy prohibidos y aplazados, te están esperando a la vuelta de la esquina, al igual que lo hacen las personas que más te admiran y necesitan.


Gracias a ti, sabio

Mariel Medrano Melo

Psicóloga general sanitaria

Especialista en Psicoterapia Gestalt

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