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Mi agradecimiento a ti, psicóloga

Querida compañera:


Hoy he querido escribirte a ti que, día tras día, estás dispuesta a acompañar a las personas en su sufrimiento. A ti que, con paciencia y dedicación, trabajas de manera incansable por el bienestar de estas personas que acuden a ti buscando apoyo.


Las circunstancias te han obligado a reinventarte. Has tenido que adaptar tu trabajo en tiempo récord poniendo al servicio de los demás todos los recursos a tu alcance, a veces, incluso, atendiendo de manera gratuita y desinteresada para que nadie se quede sin ayuda en estos momentos de extrema dificultad. Has tenido que transformar la atención psicológica presencial en atención telemática, y lo has logrado sin perder tu calidez y cercanía a pesar de la distancia.


Estoy convencida de que esta crisis sanitaria, el estado de alarma y el confinamiento han afectado a tu vida personal en mayor o menor medida. El estrés del confinamiento, la incertidumbre, las responsabilidades domésticas y familiares y tus circunstancias particulares son también para ti un reto que enfrentar cada día. Pero esto no te ha frenado.


Tu vocación de servicio y de entrega al otro, ese “para qué” que te mueve a desarrollar tu profesión late cada día con mayor intensidad. Porque tu corazón de psicóloga está configurado de un modo muy especial, con una sensibilidad que no te permite mostrarte indiferente ante el sufrimiento del otro, y menos hoy.


Quería darte las gracias por seguir diciendo “sí” cada día a esta profesión tan hermosa que has escogido. Gracias por tu valentía, por tus palabras de ánimo, por tu sonrisa, por ser apoyo incondicional. Pero, sobre todo, gracias por no rendirte ante la adversidad que nos sacude, por seguir velando por el bienestar de estas personas que acuden a ti pidiendo ayuda.


Gracias porque, a través de la pantalla, sigues mostrando y transmitiendo esa confianza y esa seguridad que hace que las personas que acompañas puedan seguir avanzando en el camino que recorren junto a ti. Gracias por enseñarles que no están solos y que su sufrimiento y su vida te importan. Gracias por dejar a un lado tus preocupaciones y hacer sentir a tus pacientes lo único importante para ti durante la sesión.


Tu labor hoy es más necesaria que nunca. Por eso, quería pedirte que recuerdes lo importante que es cuidarse para poder cuidar. Por favor, no te olvides de ti y cuídate a todos los niveles. Tú también necesitas y mereces reservar en tu horario tiempo para ti, para tu ocio y para tu descanso.


Puede que sean pocos los que hayan visto el valor que tiene hoy tu esfuerzo y tu trabajo, pero te aseguro que algún día verás en tu vida el fruto de tanta entrega generosa. Mientras tanto, son aquellas personas a las que acompañas las que lo están experimentando en primera persona. Gracias a ti.

Estrella Doménech Arellano

Psicóloga General Sanitaria

Psicoterapeuta

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