El domingo pasado muchos niños salieron a la calle después de 42 días de confinamiento, recibiendo con gran alegría la noticia. Pero también son muchos los padres que se han encontrado con la sorpresa de que sus hijos se niegan a salir a la calle, por miedo al contagio. De la misma manera, familias viven el miedo de hijos a entrar en la habitación donde se ha llevado a cabo un aislamiento por contagio. ¿Es normal que tenga miedo? ¿Es malo que no quiera entrar en la habitación? ¿Qué hago?
Y es que el miedo, es una emoción humana, que garantiza la supervivencia y la protección ante el peligro (menos mal). El miedo no es malo, nos protege y alerta. Durante estas semanas de confinamiento, los niños han escuchado a los padres hablar de coronavirus, un virus “que esta fuera, y por el cual no podemos salir”, han escuchado y visto noticias diariamente, a sus padres hablar con amigos y familiares de la situación. Muchos niños, han vivido además en casa el aislamiento de uno de los miembros en una habitación, lo cual también se enfrentar a la “vuelta a la normalidad, tras semanas de prohibición por entrar a una parte de la casa”.
¿Es normal que tengan miedo?
Los adultos tenemos miedo, nos protegemos cada vez que salimos de casa, sentimos preocupación, incertidumbre y ansiedad. Es lo esperable ante la situación que estamos viviendo. Es un buen momento para acompañar a nuestros hijos a en el aprendizaje de enfrentarse a los miedos.
Es posible que haya niños que no quieran salir a la calle o entrar en la habitación donde ha habido un aislamiento, puede verbalizarlo, tener rabietas a la hora de la salida o poner alguna escusa (“mejor me quedo en casa jugando”). Y es posible que te preguntes, ¿Cómo lo hago?
Dale su tiempo, cada uno tenemos nuestro ritmo. No pasa nada porque su negación se prolongue unos días. Es importante expresarle que saldrá cuando quiera.
Valida y normaliza sus emociones. Ayúdale a poner nombre a lo que está sintiendo. Te pueden ayudar cuentos de emociones (que seguro que hay en casa), muñecos, algún dibujo… Es posible que los niños no sepan cómo se llama aquello que están sintiendo, es buena oportunidad para hablar de ello y además explicarle que ante lo que estamos viviendo es lo esperado y lo normal.
Empieza con salidas graduales. Quizá se anime a empezar asomándose a la ventana o al balcón y ver a otros niños en la calle. Paseos más cortos los primeros días. Si se trata de una habitación a la que tiene miedo a entrar, sería interesante comenzar poniendo dibujos en la puerta, o jugando cerca de ella, entrando a recoger alguna cosa, a limpiar, a ponerse los zapatos…
Recuérdale que no está obligado a salir de casa o entrar en la habitación. Lo mejor es no forzar, recordemos que los niños pueden salir por el beneficio emocional y psicológico que tiene.
Cambia el discurso: desde “no podemos salir porque hay virus” a “estamos cerca de la vacuna, si salimos siguiendo las normas estaremos seguros”.
Filtra la información que les llega. Escúchale y entérate de la información que tienen y qué es lo que entiende de ello. Corrige esta información si lo consideras necesario, siempre desde la verdad. Asegúrate de que no tienen más preguntas y pregúntale si tiene dudas de manera frecuente.
Eres su figura de apoyo y seguridad. Mantente con calma y tranquilo. El momento de salida de casa puede ser un poco tenso (vestir y sacar a los niños, protegerse, todas las emociones que nos invaden...). Es importante que papá y mamá estén tranquilos para transmitir esa tranquilidad a los peques.
Ayuda al niño a sentir que lleva el control. Que se imaginé como quiere que sea su salida, darle la responsabilidad de ponerse la mascarilla, lavarse las manos cuando vuelva...
Motívale a salir, quizá le ayude llevar su peluche o juguete favorito, hablar con algún familiar o amigo que haya salido, ir de la mano de algún hermano o de papa o mamá...
Si los miedos persisten y os están generando conflictos y malestar, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Solo tú conoces mejor que nadie a tu hijo. Sabes darle cariño, apoyo y todo lo que necesita para enfrentarse a esto. Es una oportunidad para crecer y acompañarle.
¡Disfrutad del paseo!
Mónica González Soriano
M-30328
Psicóloga sanitaria. Psicoterapeuta CAIF.
Experta en Matrimonio y Familia
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